July 31, 2015
¿Podemos realmente cumplir la admonición de San Pablo? “Dejen que el Espíritu renueve su mente y revístanse del nuevo yo, creado a imagen de Dios, en la justicia y en la santidad de la verdad.”
Hay mucho que está mal en nuestro mundo hoy. La elección de nuestro primer presidente negro no eliminó el racismo que mancha nuestra sociedad. Hay ataques con armas en nuestro país que son insensatos y dejen a personas inocentes muertas. Actos de terrorismo aislados en nuestro país muestran la vulnerabilidad de nuestros jóvenes a extremismo radical. Nuestro país acepta niveles de pobreza e desigualdad de ingresos que otros países avanzados no tienen. A pesar de inversiones de mucho dinero, muchos jóvenes no reciben la educación que necesitan para funcionar en nuestra sociedad. Es verdad. Nuestro mundo tiene que cambiar. Pero, el mundo no puede cambiar a menos que cada uno de nosotros cambia.
Pero, ¿podemos realmente vivir según la admonición de San Pablo? ¿Podemos cambiar nuestro ser y vivir en la justicia y la santidad de la verdad? Leroy Smith es un hombre negro y director de la policía estatal en Carolina del sur. El 18 de julio, supremacistas blancos llevo a cabo una protesta fuera del capitolio estatal en la ciudad de Columbia. Se opusieron la eliminación de la bandera confederada que era una bandera durante la guerra civil en los estados unidos. Era un día muy caluroso y húmido. Smith vio un anciano supremacista blanco que había caído debido al calor. El anciano llevo una camisa que tuvo un símbolo de racismo. Con la ayuda de otro hombre negro que era el jefe de los bomberos en la ciudad, Smith ayudó al hombre a subir los muchos pasos a la entrada del edificio del capitolio para que pudiera recuperar en un espacio con aire acondicionado. Cuándo un anciano supremacista blanco era en necesidad, ¿Qué hicieron dos hombres negros? Ellos actuaron con compasión y con dignidad. Esto es lo que significa cambiar nuestro ser y vivir en la justicia y la santidad de verdad. Esto es como nuestro mundo puede cambiar – cuando personas cambian y permiten que amor forme todo lo que dicen y hacen.
Dejen que el Espíritu renueve su mente y revístanse del nuevo yo. Es posible y necesario.