March 11, 2016
¿Vivimos en Libertad o Esclavitud?
“Los que viven en forma desordenada y egoísta no pueden agradar a Dios. Pero ustedes no llevan esa clase de vida, sino una vida conforme al Espíritu…” ¿Nuestras vidas confirman o contradicen esta declaración de San Pablo?
¿Qué significa decir que una persona vive su vida ‘en forma desordenada’? Vivimos en una manera desordenada cuando la satisfacción de nuestros deseos controla nuestras vidas. Por ejemplo, podemos hacernos obsesionados con comida y hacernos fijados en la satisfacción de esta obsesión sin hacer caso de nuestra salud y como nuestro deseo insaciable de la comida puede hacer daño a otras personas. O, tal vez disfrutamos cerveza o licor o ambos y muy pronto estamos tomando demasiado, demasiado a menudo. Estos dos ejemplos plantean la cuestión de la adicción y la necesidad de tratamiento de esa adicción, pero el punto aquí es no reconocemos que tenemos un problema y por lo tanto no actuamos para resolver este problema. La actividad sexual es un problema grande hoy. En nuestra parroquia, tenemos jóvenes tan jóvenes como 14 años de edad que son involucrados en actividad sexual. Desde una edad muy joven, los jóvenes pueden hacerse habituados a la satisfacción de sus deseos sexuales sin tener en cuento de lo que es saludable y apropiado. Cuando vivimos ‘en forma desordenada,’ vivimos en una manera que es contrario a lo que Dios desea para nosotros.
Vivimos en conformidad al Espíritu. ¿Es verdad? Recibimos el don del Espíritu de Dios en nuestro bautismo. Con la ayuda del Espíritu, podemos controlar nuestras necesidades físicas y deseos para que satisfagamos estas necesidades y estos deseos en una manera que es saludable para nosotros y nos lleva a la abundancia de vida que es el deseo de Dios para nosotros. La Cuaresma nos da la oportunidad de examinar nuestras vidas muy honestamente. ¿Hay áreas en mi vida donde mis deseos físicas controlan mi vida – controlan mis pensamientos y acciones? ¿Dónde necesito la gracia de Dios para controlar mis deseos y necesidades para que pueda vivir en la libertad de los hijos verdaderos de Dios?
¡Que vivamos, no como esclavos a nuestros deseos, pero como personas guiadas por el Espíritu de Dios!
Padre Marcos Hallinan, S.J.