January 17, 2016
¿Ven, O Espíritu Santo?
En el Espíritu Santo, encontramos la presencia activa de Dios dentro nosotros que nos mueve a cambiar nuestras vidas para que seamos instrumentos de cambio en nuestro mundo.
En su carta a los Corintios, San Pablo nos recuerde que recibimos el Espíritu Santo para el beneficio de nuestra iglesia y nuestro mundo. En bautismo, cada uno de nosotros recibimos el mismo Espíritu que Jesús recibió en su bautismo en el Jordán. Aquellos que son confirmados son renovados en el don del Espíritu Santo con la intención que, como Jesús, permitirán que el Espíritu de Dios guíe sus vidas. El desafío para todos nosotros es que tenemos que abrir nuestros corazones al poder del Espíritu de Dios para que el Espíritu nos anime y nos haga testigos más poderosos a Cristo y su evangelio en nuestro mundo.
Cuando cultivamos la presencia del Espíritu dentro nosotros a través de una vida de oración y participación activa en los sacramentos, el Espíritu abre nuestros ojos para ver las áreas en nuestras vidas que tienen que cambiar para vivir en mayor conformidad a Cristo y su Evangelio. El Espíritu nos da el deseo y el coraje para hacer estos cambios para que seamos discípulos más fieles de Cristo, instrumentos activos de su presencia dentro nuestro mundo. El Espíritu también abre nuestros ojos para ver lo que tiene que cambiar en nuestro mundo para que este mundo sea el mundo que Dios desea - un mundo en el que todos comparten equitativamente en los dones con los que Dios ha bendecido este mundo, un mundo en el que reconciliación y paz prevalece sobre conflicto y división, un mundo en el que vivimos como la una familia que somos, unidos en nuestra origen común en el único Dios. El Espíritu abre nuestros ojos para ver lo que nuestra iglesia debe ser – una iglesia en la que la diversidad de toda humanidad encuentra unidad en nuestro compromiso a Cristo y en la que los laicos y los sacerdotes trabajan juntos para la transformación de los individuos y de nuestro mundo.
¿Nos atrevemos a orar, “Ven, O Espíritu Santo!” cuando sabemos la fuerza de cambio que el Espíritu verdaderamente es?
Padre Marcos Hallinan, S.J.