January 30, 2015
Prestando Atención a Nuestra Relación con Dios
En nuestra lectura de hoy de la carta de San Pablo a los corintios, ¿Por qué parece que San Pablo quiere disuadir a personas de casarse?
En la época de San Pablo, hubo un énfasis fuerte en ascetismo - ascetismo es un sentido fuerte de autodisciplina en la cual una persona trató de concentrar toda su energía y atención en Dios. Había personas importantes en la iglesia que creyeron que el matrimonio era un impedimento para una relación profunda, duradera con Dios. Ellos creyeron que las responsabilidades del matrimonio, y los placeres carnales de matrimonio, eran una distracción de la relación de una persona con Dios. De hecho, había la opinión dentro de la iglesia (que duró siglos) que el matrimonio era no más que algo malo pero necesario. El matrimonio aseguró una expresión apropiada de deseos sexuales y proporcionó la estructura esencial para la procreación de los niños que era necesaria para la continuación de la iglesia y la sociedad. El matrimonio no fue presentado como algo hermoso, sagrado, y noble sino cómo simplemente algo que tuvimos que tener.
Hoy nuestra iglesia tiene una comprensión mucho más sana del matrimonio que reconoce su belleza y carácter sagrado. ¿Hay algún valor, por lo tanto, a ese pasaje de San Pablo? Sí. La cuestión para todos nosotros hoy, casado, soltero/a, sacerdote o religioso/a, es ¿Hay algo en nuestras vidas que es una distracción significativa de nuestra fidelidad a Dios y lo que Dios espera de nosotros? Si está casado, ¿Es distraído por la tentación a infidelidad y alimenta esta distracción por pensamiento o acción? Si está un sacerdote o religioso/a, ¿Es distraído por las atracciones de la vida que se rindió a fin de dedicarse al servicio de Dios y el pueblo de Dios? Si está soltero/a, ¿Es distraído por su independencia para que sea demasiado egocéntrico y no suficientemente atento a las necesidades de otros?
¿Qué le distrae de su relación con Dios y cómo puede disminuir esas distracciones para fortalecer su relación con Dios?
Padre Marcos Hallinan, S.J.