March 10, 2017
Realizamos Nuestra Esperanza a través de Nuestra Obediencia a Dios
“Y así como por la desobediencia de uno, todos fueron hechos pecadores, así por la obediencia de uno solo, todos serán hechos justos.” Con estas palabras, San Pablo nos recuerda de la salvación que Jesús nos ganó. ¿Queremos la salvación que es la nuestra?
Nuestro deseo durante este tiempo de Cuaresma debe ser mantener un foco central – la verdad espectacular del sufrimiento, la muerte y la resurrección de Jesucristo. ¡Demasiado a menudo, nos centramos en los dos primeros y descuidamos la tercera! El sufrimiento y la muerte de Jesús sólo tiene significado debido a su resurrección. Como resultado, incluso en la Cuaresma tenemos que centrarnos en el sufrimiento, la muerte
y la resurrección de Jesús. Tenemos que recordarnos cada día que Jesús libremente abrazó su sufrimiento y muerte para que a través del triunfo de su resurrección todos los que creen en él pudieran vivir en la esperanza de la vida eterna. Somos pecadores. No somos obedientes a lo que Dios espera de nosotros como sus hijos e hijas. Pero, a través del sufrimiento, la muerte
y la resurrección de Jesús, hemos sido reconciliados a Dios y ahora tenemos la esperanza de vida eterna.
La Cuaresma nos da la oportunidad de examinar nuestras vidas para identificar las áreas en las cuales no hemos sido obedientes a lo que Dios espera de nosotros. Con la gracia de Dios, podemos disminuir esas áreas en nuestras vidas y crecer en nuestra obediencia a lo que Dios desea de nosotros. En esta manera, mostramos nuestra gratitud a Dios por lo que Jesús ha hecho para nosotros y mostramos nuestro deseo de experimentar la salvación que Jesús nos ganó. ¿Cuáles son los dos o tres áreas de su vida donde es más difícil ser obediente al deseo de Dios para usted? ¿Es un hábito de deshonestidad, un hábito de chisme, un hábito de groserías, un hábito de no prestar atención a su esposa/o o a sus hijos, o un hábito de actividad sexual inapropiada? ¿Dónde lucha en su vida para ser obediente a Dios? Se centra en estas áreas específicas en su vida este Cuaresma con el deseo de expresar su gratitud por la esperanza que Cristo le ha ganado y expresar su deseo de realizar esa esperanza en su muerte.
¡Recuerde cada día la esperanza que es la nuestra y vivamos con el deseo de realizar esa esperanza!
Padre Marcos Hallinan, S.J