August 14, 2015
Este fin de semana celebramos la Fiesta de la Asunción de María, madre de Jesús, Madre de Dios. Es importante que recordemos que damos honor especial a María en nuestra iglesia porque ella es el modelo de discipulado para nosotros. Lo que María hizo, deberíamos hacer.
Mary puso total su confianza en la palabra de Dios. María era una campesina sencilla cuando ella oyó la voz de Dios que habló a ella en su oración. María luchó con lo que Dios le pidió. Pero últimamente, ella confió completamente en Dios. Como resultado, ella cambió el curso de la historia de humanidad cuando ella se hace la madre de Jesús, la Madre de Dios. Como discípulos de Cristo, tenemos que ser personas de oración que escuchan la voz de Dios. Podemos luchar con lo que Dios nos pide pero por último debemos ser capaces de poner toda nuestra confianza en Dios como lo hizo María.
María era fiel a Dios en su sufrimiento. La vida de María no era fácil. Ninguna madre quiere ver a su hijo hacerse el objeto de odio intenso, burla y abuso. Ninguna madre quiere ver a su hijo detenido, torturado, y asesinado. Pero María permaneció fiel a Dios, fiel a su Hijo, a través de todo lo que ella sufrió. Su fe fue justificada por la resurrección de su Hijo y por su propia asunción en el cielo. Cuando la vida es difícil para nosotros, tenemos que recordar el ejemplo de María y orar que ella nos ayude a perseverar en fe a través de todo nuestro sufrimiento.
María era una mujer de oración. Fue en su oración que por la primera vez María oyó la voz de Dios habla a ella. En verdad, María tuvo que ser una mujer de oración porque solo una relación viva y activa con Dios podría sostenido su fe a través de todo lo que ella sufrió. Tenemos prueba de esto porque la última vez que veamos a María en los evangelios es cuando ella está en oración con los otros discípulos en la fiesta de Pentecostés. Sólo una mujer de oración podría haber vivido una vida de tal fidelidad profunda, amor enorme, y generosidad. Si vamos a ser discípulos auténticos de Jesucristo, tenemos que buscar la ayuda de María para ser las personas de oración que estamos llamados a ser.
Oremos a María hoy y le pidamos que ella nos ayude para que se hagamos mejores discípulos de su Hijo.
Padre Marcos Hallinan, S.J.