February 24, 2017
La Gran Responsabilidad que es la Nuestra
“Somos servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.” ¿Qué significan estas palabras de San Pablo para nosotros como discípulos de Jesucristo?
Somos servidores de Cristo. En uno de sus parábolas, Jesús nos avisa, sus discípulos, que no debemos esperamos un premio para el servicio que ofrecemos. En cambio, esto debe ser nuestra actitud: “Siervos inútiles somos; hemos hecho sólo lo que debíamos haber hecho.” Cada día, debemos dar gracias que Jesús ha ganado para nosotros la esperanza de vida eterna. Si tuviéramos una vida sin fin en este mundo, no podríamos merecer o ganar esta esperanza. Por lo tanto, deberíamos encantados de ser servidores de Cristo y reconocer que nuestro servicio no nos gana nuestra salvación o pone una reclamación sobre Cristo. Nuestro servicio simplemente debe reflejar nuestra gratitud a Cristo por la esperanza que es nuestra. Servimos Cristo cuando somos personas de compasión y misericordia. Servimos Cristo cuando vemos Cristo en todas las personas especialmente las personas que son diferentes de nosotros en raza o religión. Servimos Cristo cuando somos generosos en nuestro servicio de otras personas. Es nuestro privilegio y nuestra bendición que somos servidores de Cristo.
Somos administradores de los misterios de Dios. Revelamos al mundo lo que Dios nos ha revelado. Revelamos al mundo el camino que transformará este mundo para que sea el paraíso que Dios desea. Hacemos esto cuando servimos Cristo a través de vidas de compasión y misericordia, vidas de servicio generosas, vidas en que reconocemos todas las personas como nuestros hermanos y hermanas. En nuestro reconocimiento que todas las personas son nuestras hermanos y hermanas, revelamos el misterio del amor de Dios para todas las personas y la intención de Dios que formamos una familia en que somos verdaderamente responsables de todos. En la misericordia y perdón que ofrecemos, revelamos el misterio de la misericordia de Dios que es ofrecido a todos sin condición. Como administradores de los misterios de Dios, revelamos al mundo la verdad sobre Dios y sobre nuestras responsabilidades como hijos e hijas de Dios.
¡Que vivamos en fidelidad a nuestra identidad como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios!
Padre Marcos Hallinan, S.J