April 30, 2017
Nuestra Peregrinación a Nuestro Hogar Verdadero
Vivan siempre con temor filial durante su peregrinar por la tierra… Esta admonición sencilla de la carta de San Pedro está rica en significada para nosotros.
Somos peregrinos en esta tierra, es decir, somos personas viajando a nuestro hogar eterno. Tenemos que mantener un equilibrio importante. Ahora, este mundo es nuestro hogar. Por lo tanto, requiere nuestro cuidado y nuestra atención. No viajamos a través de este mundo indiferente a las condiciones en las cuales otras personas viven. Somos una familia en Dios, por lo tanto, debemos estar preocupados que todos nuestros hermanos y hermanas en Dios tengan lo que necesitan para vivir en la dignidad en la cual hemos sido creados por Dios. Es nuestra obligación que respondemos en caridad a las necesidades materiales de otras personas como es posible para nosotros, pero también tenemos que abogar por las políticas públicas que contribuirá a una distribución más equitativa de los dones de Dios para que todas las personas tengan la oportunidad de obtener empleo, vivienda adecuada, comida suficiente, asistencia médica, y tiempo para descanso. Tratamos de renovar este mundo para que refleje lo que Dios quiere que este mundo sea – un mundo en el cual vivimos como una familia que proporciona para las necesidades de todos. Al mismo tiempo que somos preocupados por este mundo, no nos hacemos obsesionados con este mundo. No invertimos tanto de nosotros mismos en este mundo - en nuestra propia comodidad y seguridad - que olvidamos que estamos en un viaje a nuestro hogar eterno. Cuando invertimos demasiado de nuestra atención a este mundo y nuestra seguridad aquí, hay el riesgo que cuando nuestra peregrinación termina, terminará simplemente en la muerte y no continuará a nuestro hogar con Dios.
Cuando mantenemos este equilibrio cuidadoso entre una atención apropiada a este mundo, evitando una obsesión con este mundo en el cual enfatizamos nuestras propias necesidades y deseos, nuestra propia comodidad y seguridad, entonces vivimos con el temor filial durante nuestra peregrinación en esta tierra. Honramos nuestro compromiso con Dios y vivimos en una manera que nos llevará a la plenitud de vida con Dios.
Ore en esta temporada de Pascua que viajemos con temor filial a nuestro hogar eterno.
Padre Marcos Hallinan, S.J