July 17, 2015
En la profecía de hoy de Jeremías, Dios condena a los pastores del pueblo de Dios – aquellos que conducen a la gente socialmente, políticamente, y religiosamente. Dios promete darle al pueblo de Dios un pastor verdadero cuyo nombre será: “El Señor es nuestra justicia.” Como cristianos, creemos que Jesús es el pastor perfecto del pueblo de Dios que nos ha mostrado lo que la justicia de Dios requiere. Requiere que reconocemos que todos somos hermanos y hermanas el uno al otro porque todos nosotros hemos recibido el don de la vida del mismo Dios. Como hermano y hermano el uno al otro, “todos somos verdaderamente responsables de todos” (Juan Pablo II), es decir, tenemos un obligación de servir las necesidades de todos nuestros hermanos y hermanas. Pero, tenemos una obligación especial en lo que respecta a los pobres porque las condiciones en las que viven violan la dignidad con la cual Dios ha bendecido todas personas. Cuando la dignidad de cualquiera hermano o hermana es amenazada o puesto en peligro, tenemos una obligación de proteger su dignidad porque, otra vez, “todos somos verdaderamente responsables de todos.”
En su nueva encíclica,
Laudato Si, Papa Francisco hace una conexión directa entre la degradación de nuestra ambiente natural y las condiciones horribles en las cuales muchos de los pobres del mundo están obligados a vivir. “El ambiente humano y el ambiente natural se degradan juntos, y no podremos afrontar adecuadamente la degradación ambiental si no prestamos atención a causas que tienen que ver con la degradación humana y social.” Es decir, la degradación de nuestro ambiente natural y nuestro ambiente humano fluyen de los mismos males: capitalismo depredador, un énfasis en tecnología que no considere suficientemente las consecuencias a las personas y el ambiente, un énfasis en gratificación inmediatamente que no hace caso de lo que es necesario para el futuro. Papa Francisco desafía a todas las personas – no sólo católicos sino todas las personas de buena voluntad – que consideren como podemos trabajar juntos para reformar nuestros sistemas políticas, sociales y económicos para que estas sistemas protejan el ambiente humano y el ambiente natural. Es un desafío audaz a todos nosotros, pero es un desafío al cual tenemos que escuchar y responder.