September 16, 2016
Si quieres la paz, trabaja por la justicia
“Te ruego, hermano, que ante todo se hagan oraciones, plegarias, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, y en particular, por los jefes de estado y las demás autoridades, para que podamos llevar una vida tranquila y en paz…” ¿Cómo debemos orar por el bienestar de nuestra sociedad?
“Si quieres la paz, trabaja por la justicia.” Esto era la declaración simple pero profunda de Papa Pablo VI en su mensaje para el Día de Paz en 1972. Somos bendecidos que tenemos una herencia rica de enseñanza social católica que nos da una comprensión clara de lo que justicia es. En nuestra tradición, la justicia comience con el reconocimiento que hay un Dios que creó a cada persona a su propia imagen y semejanza. Por lo tanto, cada persona tiene una dignidad inherente que no individual, no gobierno, no sistema económica o política, puede violar o negar. La justicia requiere que honramos, respetamos y protegemos la dignidad de todos seres humanos. Respetar, honrar y proteger la dignidad de todos seres humanos requiere que trabajamos para eliminar todas las cosas que amenazan la dignidad de todas las personas. Esto significa que tratamos a eliminar el aborto sin límites, que es un ataque fundamental contra la dignidad de bebe no nacido. Esto significa que tratamos a eliminar la pena de muerte porque el don de vida es de Dios y sólo Dios debe determinar cuándo una vida terminará. Esto significa que trabajamos para asegurar que todas las personas tienen lo que necesitan para vivir en dignidad – vivienda asequible que es en buena condición, acceso a asistencia médica, comida suficiente, empleo, salario justo, comunidades que son seguros, oportunidad de descanso, oportunidad de una jubilación segura. Cuando los requisitos de justicia son ausentes, no puede haber paz como personas luchan para obtener lo que debería ser el suyo por derecho.
Porque todos somos hermanos y hermanas en el único Dios que creó a cada uno de nosotros igual en dignidad, no podemos vivir vidas tranquilas y pacificas si sabemos que hay aún un hermano o hermana cuya dignidad está en riesgo o cuya dignidad ha sido violada. Por lo tanto, oremos que todos nuestros líderes civiles trabajarán por esa justicia que cederá una paz verdadera y duradera.
Padre Marcos Hallinan, S.J.