September 25, 2015
Profetas de Dios Guiado por El Espíritu de Dios
“Ojalá que todo el pueblo de Dios, fuera profeta y descendiera sobre todos ellos el espíritu del Señor.” Este es la proclamación exuberante de Moisés en nuestra primera escritura de hoy y tenemos que reconocer que Dios tuvo la intención de realizar este deseo de Moisés en cada uno de nosotros. Todos nosotros hemos recibido el Espíritu de Dios y por lo tanto cada uno de nosotros está llamado a ser un profeta de Dios.
Todos nosotros recibimos el Espíritu de Dios en nuestro bautizo. El Espíritu que recibimos es el mismo Espíritu que Jesús recibió en su bautizo. Este Espíritu impulsó a Jesús a proclamar buenas noticias a los pobres, a dar bienvenida a los extranjeros, a llevar sanación a los enfermos, a expulsar todo mal de este mundo, a ofrecer misericordia, perdón y reconciliación a los pecadores, a dar prioridad a la compasión antes de conformidad con la ley. Fue el Espíritu quien llamó a Jesús para ser un profeta de Dios, alguien cuyas palabras y acciones iluminaron como debemos vivir como hijos verdaderos de Dios.
Habiendo recibido el mismo Espíritu que Jesús recibió, ahora estamos llamados a cumplir el deseo de Moisés y a hacerse profetas verdaderos de Dios por nuestro testigo diario a los valores de Jesucristo. Estamos llamados a anunciar buenas noticias a los pobres. Hacemos esto cuando respondemos a su necesidad en caridad y cuando actuamos en justicia para cambiar los sistemas que perpetúan su pobreza. Llevamos sanación a los enfermos cuando estamos presentes a los que están enfermos y cuando luchamos por políticas públicas que aseguran que todas las personas tienen acceso a la asistencia médica adecuada. Expulsamos todo mal de este mundo cuando rechazamos todas las formas de racismo y prejuicio, especialmente el prejuicio contra los muslámenes que es muy prevalente hoy en nuestro país. Damos bienvenido a los extranjeros cuando respetamos los derechos de inmigrantes y oponemos aquellos que quieren deportar los inmigrantes que han establecido vidas en este país y han contribuido al bienestar común. Como profetas guiado por el Espíritu, nos esforzamos por ser instrumentos de paz y reconciliación entre todos.
¿Si Moisés mirara a su vida vería que su deseo había sido cumplido?
Padre Marcos Hallinan, S.J.