August 13, 2017
La tempestad calmada por Jesús y falta de fe de Pedro y los otros discípulos son de los pasajes evangélicos más fascinantes del Nuevo Testamento. La barca ha sido siempre asociada con la Iglesia y la comunidad de los creyentes en su trajinar en los tiempos tumultuosos que parecerían llevarla a naufragar. El mismo Papa emérito Benedicto XVI citó este pasaje cuando renunció a la Sede de Pedro. Benedicto dijo que le faltaban las fuerzas físicas para continuar al frente de la barca de Pedro que es la Iglesia. Muchos quedamos sorprendidos de su decisión que históricamente se repetía a los casi seiscientos años de la renuncia del Papa Celestino V. Hoy con casi cinco años de aquel acontecimiento podemos ver que la Iglesia y el legítimo sucesor de Pedro, Papa Francisco avanza con paso firme y con su sencillez y mansedumbre Francisco nos lidera en una fe que nos hace encontrar a Jesús y su promesa de que El siempre estará con la comunidad de los creyentes dirigida por Pedro.
Por eso no dudemos en los momentos difíciles de nuestra vida cuando la tempestad es muy fuerte por la falta de seguridad en nuestros trabajos, por los desastres naturales o desavenencias familiares. Pidamos a Jesús la fuerza que viene del Espíritu y se nos da en la oración sencilla. Al igual que el Profeta Elías; no busquemos a Dios solo en aquellos momentos dramáticos de nuestras vidas sino en la brisa suave que se da en la oración callada de nuestro diario vivir. Pensemos como podemos ayudar a aquellos que tambalean en su fe o sufren en su cuerpo y ayudáosle con unas palabras de aliento. Pensemos que hoy somos nosotros la fuerza de Jesús que puede ser un bálsamo para los que son marginados de la sociedad por su manera de pensar y no dudemos que Jesús está y estará siempre con nosotros.
Padre Hernán, S.J