May 7, 2017
En Nuestro Pecado, Encontramos Nuestro Buen Pastor
…Ustedes eran como ovejas descarriadas, pero ahora han vuelto al pastor y
guardián de sus vidas. ¿Nos damos cuenta de que en nuestro reconocimiento de
nuestra pecaminosidad podemos experimentar la alegría de ser recibidos una vez más en el cuidado tierno de nuestro
Buen Pastor?
Pecamos. Hubo un tiempo cuando los católicos tenían un sentido radical de su propia pecaminosidad para que
no apreciáramos nuestra bondad inherente y el amor enorme de Dios para nosotros. Hoy, ¡parece que hemos perdido
cualquier sentido de pecado! Aun si podemos decir que somos personas buenas, también tenemos que decir que somos
pecadores. No siempre vivimos en fidelidad a lo que Dios espera de nosotros en nuestra relación con Dios y en nuestra
relación con nuestros hermanos y hermanas en Dios. Si frecuentemente no asiste a la Misa, peca porque Dios espera que
oremos con la comunidad de creyentes en quien somos el cuerpo de Cristo debido a nuestro bautismo común en Cristo.
Si no tiene una vida de oración, peca porque Dios espera que sea en relación con Dios para que Dios pueda dirigirle a la
vida que Dios desea para nosotros. Si no tratamos a otras personas con respeto, pecamos porque Dios espera que
honremos y respetemos la dignidad de todas las personas. Si guarda resentimiento u odio en su corazón, peca. Tal vez
somos buenas personas, pero pecamos.
Cuando reconocemos nuestra pecaminosidad, buscamos Jesucristo, el buen Pastor, para recibir su perdón y ser
renovado en nuestra relación con él y a través de él con Dios, nuestro Padre. Nuestra confesión de nuestro pecado es
una oportunidad de gracia para nosotros porque en nuestra confesión de pecado, nuestro Buen Pastor nos abraza, y nos
ofrece su amor incondicional. Es una ironía hermosa que nuestra pecaminosidad nos ayuda a experimentar el amor
inmenso de Dios para nosotros. Cuando no reconocemos nuestro pecado, y como resultado no buscamos el perdón de
nuestro Buen Pastor, nos privamos del amor rico y misericordia que nuestro Buen Pastor quiere darnos.
En esta temporada de Pascua, haga confesión, el sacramento de reconciliación, una parte regular de su vida para
que experimente la alegría de una relación íntima y duradera con Jesucristo.
Padre Marcos Hallinan, S.J