January 11, 2015
Nuestra Victoria sobre el Mundo
“Y nuestra fe es la que nos has dado la victoria sobre el mundo.” Estas palabras llenas de esperanza del autor de la carta de San Juan nos ofrecen gran consuelo y un gran desafío.
A través de nuestro bautismo en Jesucristo, estamos unidos en Cristo y tenemos la oportunidad de vivir en Cristo para que un día vivamos con Cristo para siempre. Cada día tenemos que confirmar nuestro deseo de estar unido con Cristo. Tenemos que confirmar nuestro deseo de vivir en Jesucristo. Confirmamos nuestro deseo de vivir en Jesucristo cuando conformamos nuestras vidas a su vida; cuando nuestras vidas reflejan los valores que formaron su vida. Cuando elegimos compasión sobre indiferencia a las necesidades de otras personas, confirmamos nuestro deseo de vivir en Cristo. Cuando honramos y respetamos la dignidad de toda vida humana, a través de nuestra oposición al aborto, la pena de muerte, y nuestra insistencia que todas las personas tienen lo que necesitan para vivir en dignidad, confirmamos nuestro deseo de vivir en Cristo. Cuando elegimos el perdón y la reconciliación sobre la venganza y la retribución, confirmamos nuestro deseo de vivir en Jesucristo. Cuando estamos fieles a Dios en oración, cuando participamos regularmente y activamente en los sacramentos, cuando formamos nuestras vidas según las enseñanzas de Cristo y su iglesia, confirmamos nuestro deseo de vivir en Jesucristo. Cuando confirmamos nuestro deseo de vivir en Jesucristo, crecemos en nuestra intimidad con él y crecemos en nuestra confianza de compartir en su resurrección de los muertos.
El mundo no siempre honrará o respetará el testigo de nuestras vidas cuando vivimos en Cristo. Cuando vivimos en Cristo, rechazamos los valores de este mundo y nos conformamos a los valores de Jesucristo. A través de la historia, las personas han sufrido mucho por Cristo y su evangelio. Nosotros también podemos esperar oposición a nuestro testigo pero el autor de la carta de San Juan nos recuerda que tenemos la confianza de nuestra victoria sobre este mundo. La muerte no es el fin para nosotros pero el comienzo de la plenitud de vida en nuestro Dios.
¡Que vivamos en Cristo para que podamos vivir en la confianza de nuestra victoria sobre este mundo!
Padre Marcos Hallinan, S.J.