August 18, 2017
Mujer, grande es tu fe
Mateo 15:28
Si de algo debemos estar seguros y alegres es de que el Dios de Jesús ofrece la
salvación a todos sin excepción. El relato evangélico hace referencia a un Jesús que siendo judío es capaz de relacionarse con una mujer extranjera. Este simple hecho para nuestros tiempos en que derribamos murallas y construimos puentes, era algo inaudito en el tiempo de Jesús. Los Israelitas se habían acostumbrado a creer que “su Dios” les hacía superiores a los demás por el solo hecho de pertenecer al linaje de Abraham.
Es Jesús, el maestro de Galilea, el que alaba la fe de esta mujer Cananea y por lo tanto considerada enemiga de Israel. Si a ese prejuicio religioso le añadimos el prejuicio machista que menospreciaba a las mujeres y la xenofobia a todo extranjero, no podemos menos que admirarnos del cambio de actitud al que se nos llama a los hijos e hijas de Dios. De allí que como parte de nuestro seguimiento de Jesús estamos llamados a vivir y respetar a los otros que son distintos a nosotros. La Palabra de Dios de este domingo arroja luz al problema del prejuicio y discriminación que puede manifestarse de múltiples maneras a lo largo de nuestra vida. El desafío de Jesús es acabar con todo racismo y nacionalismo excluyente en nuestra sociedad. Dios ha venido a
salvar a todos en Cristo Jesús. La
salvación no es un privilegio de algunos hombres que se creen mejores que los demás. Para recibir esta
salvación, Cristo pide la fe y la humildad que demuestra esta mujer, pues sólo Jesús salva a quien se abre a Él. “Mujer, que grande es tu fe”.
Padre Hernán, S.J