October 29, 2015
Las Fiestas de Nuestra Esperanza
Hoy celebramos la gran Fiesta de Todos los Santos y mañana conmemoremos todos de nuestros seres queridos y amigos que han muerto. Ambas fiestas nos recuerde de la realidad de la muerte pero también nos recuerdan de nuestra esperanza de la vida eterna.
La Fiesta de Todos los Santos no se centra en aquellas que la iglesia católica ha declarado a ser santos – las personas de virtud extraordinaria que estamos ciertos están con Dios para siempre. En cambio, la fiesta de hoy se centra en todos los buenos hombres y las buenas mujeres que somos confidentes disfrutan la vida eterna con Jesucristo debido a su fidelidad en esta vida a él y a su evangelio. Espero que todos nosotros tengamos nuestra propia letanía de los santos – las personas cuyas vidas fueron un reflejo de la vida de Jesucristo para nosotros. Ellos no tuvieron que ser personas perfectas, pero simplemente personas que hicieron real para nosotros la compasión de Cristo, la misericordia de Cristo, la bienvenida que Cristo ofreció, el consuelo de Cristo, y la ternura de Cristo. Yo puede identificar fácilmente doce personas que eran absolutamente santos de Dios para mí – personas cuyas vidas eran para mí una encarnación una vez más del Dios que se reveló en Jesucristo. Ellos son personas que siguen formando mi vida y que me recuerden que es posible vivir los valores de Jesucristo en nuestras vidas cotidianas y cuando vivimos en conformidad a los valores de Jesucristo es una bendición para nuestro mundo.
El día de Todos Los Fieles Difuntos nos invita a recordar a todos los que han muerto. Estos hombres y estas mujeres no brillen en nuestras vidas como reflejos de la vida de Cristo, pero los recordamos como personas con quienes compartimos nuestras vidas y a quienes esperamos que Dios se haya abrazado como su propio en muerte. Siempre tenemos que recordar que la misericordia de Dios es más grande que nuestra pecaminosidad humana y Dios desea sólo la vida para nosotros, no la muerte. Tendríamos que ser muy obstinados en nuestro rechazo del camino de Dios para perder la vida que Dios desea para todos nosotros. En el día de Todos los Fieles Difuntos, le pedimos a Dios que acepte en sus manos todas de sus hijos que hicieron el mejor esfuerzo posible para vivir como hijos e hijas de Dios.
¡Recuerde que cada uno de nosotros necesitará la misericordia de Dios para disfrutar la vida eterna que es nuestra esperanza!
Padre Marcos Hallinan, S.J.