January 6, 2017
La Revelación de Cristo al Mundo
El énfasis de la Fiesta del Epifanía del Señor no es tres magos o tres reyes. El énfasis está en quien es Jesús y lo que vino a hacer.
Epifanía significa ‘manifestación’ o ‘revelación.’ Celebramos la Fiesta de la manifestación, o la revelación, de Jesús al mundo. Jesús es revelado como el Salvador de todos los pueblos del mundo. Dios ha prometido a los elegidos de Dios, los judíos, que les enviaría un Mesías – este Mesías sería la fuente de salvación para el pueblo de Israel. Cómo los judíos entendieron lo que el Mesías haría y el tipo de salvación que ofrecería fue complicado, pero los judíos vivían en la esperanza que un día un Mesías vendría. Dentro de la tradición profética de judaísmo, los profetas desafiaron a los judíos a aceptar que cuando el Mesías vino, el Mesías llevaría todas las naciones a Israel. Dios deseó la salvación de todos los pueblos para que la salvación que el Mesías ofrecería no fuera limitada sólo a los judíos, pero, en cambio, estaría disponible a todos. En Jesús, Dios cumplió su promesa al pueblo de Dios. Dios les dio a los judíos el Mesías que era su esperanza, pero Jesús sería un tipo de Mesías muy diferente del Mesías que muchos de los judíos anticiparon y desearon. Y en Jesús, la oferta de Dios de la salvación ahora estaba disponible para todas las personas y no sólo para los judíos.
Como cristianos, reconocemos a Jesús como nuestro Mesías, el Ungido de Dios, en quien encontramos nuestra salvación – el camino a la vida eterna que es el deseo de Dios para nosotros. Reconocemos que el sufrimiento, la muerte y la resurrección de Jesús es la fuente de salvación para todas las personas y que la iglesia, el cuerpo de Cristo en este mundo, es esencial para el desarrollo del plan de Dios para la salvación de todos los pueblos del mundo. Pero, no ponemos límites en cuanto a quien Dios puede salvar. Simplemente nos alegramos que en Jesús hemos encontrado el Mesías y esperamos que el testigo de nuestras vidas inspire a otras a poner su fe en él. Tenemos que tratar de encarnar Jesucristo en nuestras vidas para que nuestras vidas se hagan una epifanía para otras personas – una revelación de Cristo a nuestro mundo.
Padre Marcos Hallinan, S.J.