October 8, 2017
“La piedra que rechazaron los constructores se ha convertido
en la piedra angular.”
Mateo 21:42
Muchas veces tomamos las palabras de manera literal y por eso cortamos con amistades o asumimos ideas que pueden afectar a nuestras relaciones interpersonales. Así también muchas veces pretendemos leer las escrituras de una manera literal e identificamos al antiguo pueblo de Israel con los siervos que rechazaron a los profetas o al mismísimo Jesús. Las Sagradas Escrituras en general y las parábolas en particular tienen que ser leídas en el contexto social en que fueron escritas dos mil años atrás.
Lejos de caer en la falla de criticar a los otros por sus palabras o acciones; siempre me viene a la mente el ejemplo del “tenedor” que nos daba a los jóvenes jesuitas nuestro superior el Padre Jorge Bergoglio. En efecto, el tenedor lleva a la boca de los demás esto o aquello y nos deja sin nada a nosotros. En definitiva los otros son los que tienen los problemas o los que hacen el mal, pero no nosotros. Por eso, esta parábola es para cada uno de nosotros ya que estamos llamados a producir frutos de vida y no de muerte. Nuestros frutos serán dulces si estamos JUNTO a CRISTO y sino serán frutos amargos si nos separamos de Él. En otras palabras no seamos nosotros la fuente de criticismo sino más bien llenos de HUMILDAD preguntémonos cómo abrir nuestros corazones y fructificar en buenas acciones. Si estamos con Cristo y damos buenos frutos seremos esas personas que llenos del Espíritu de la Verdad llenan nuestra iglesia por medio de la oración y las buenas obras al servicio de los pobres. Atrevámonos sin miedo a dar abundantes frutos de vida según el modelo de Jesús y el Dios de la paz estará con nosotros.
“La generosidad y providencia de Dios nos dicen que Dios mismo se fía de nosotros y a cada uno de nosotros nos toca responder con libertad, confianza y responder con libertad, confianza y responsabilidad”.
Padre Hernán, S.J