December 4, 2015
Fiestas de Solidaridad
Celebramos dos fiestas esta semana que en realidad son uno y son importantes a nuestra parroquia – las Fiestas de San Juan Diego Cuauhtlatoatzin y Nuestra Señora de Guadalupe.
México ha sido conquistado por España Católica al principio del siglo 16to y los españoles eran celosos en la conversión de los indígenas al catolicismo. Creemos que Juan Diego (su nombre original fue Cuauhtlatoatzin) era una de las primeras personas convertidas al catolicismo junto con su esposa. Cuando la Virgen María le apareció en diciembre 1531, María no le apareció como una española. En cambio, apareció como una indígena campesina – una mujer de piel marrón que habló con Juan Diego en su propia idioma. El obispo local era muy escéptico de esta supuesta aparición de María, pero cuando Juan Diego volvió por segundo vez al obispo él tenía la ventaja de un milagro a través de la intercesión de María. De su tilma cayó una abundancia de rosas (que no debería haber disponible en esta temporada) y en su tilma la Virgen había impresionado su imagen. Una copia grande de esta imagen famosa está en nuestra iglesia.
En su aparición como una persona indígena a una persona indígena y hablando en la idioma indígena, María nos recuerde que nuestro Dios tiene un preocupación profunda por los pobres, las personas sin poder, y los oprimidos. Recientemente, los mexicanos en los estados unidos han sido sometidos a vitriolo horrible que debería ofender a todos nosotros. Nuestros hermanos y hermanas mexicanos vinieron a este país y trabajaron duro para establecer vidas estables aquí. Ellos han contribuido a nuestra economía, a nuestras comunidades, y a nuestra iglesia católica. Como ellos celebraron estas fiestas en nuestra iglesia, pueden experimentar la consolación que Dios está presente con ellos en una manera poderosa a través de la Madre de Dios, la Virgen María. Estas fiestas invitan a todos nosotros a reflexionar sobre nuestra propia solidaridad con los pobres y los oprimidos. ¿Cómo trabajamos para crear una sociedad, un mundo, que es más justo, es decir, una sociedad en la cual reconocemos nuestra responsabilidad para el bienestar de todos nuestros hermanos y hermanas en Dios?
Padre Marcos Hallinan, S.J.