November 13, 2015
¿Es Jesucristo Verdaderamente Nuestro Rey?

¡El fin está cerca! El próximo domingo, terminamos nuestro año litúrgico con la celebración de la Fiesta de Cristo, Nuestro Rey. ¿Dan nuestras vidas testimonio de la soberanía de Jesucristo sobre nosotros?
El énfasis de la Fiesta de Cristo, Nuestro Rey es la soberanía – la autoridad – que Jesús debe tener sobre nuestras vidas. Nuestra incorporación en el cuerpo de Cristo a través de nuestro bautismo en Cristo, tiene significado sólo si nuestras vidas dan testimonio de nuestro deseo de someterse a su autoridad, es decir, queremos que su mente forme nuestra mente, su discurso forme nuestro discurso, sus acciones formen nuestras acciones.
La mente de Cristo – Cristo buscó el consejo, el consuelo y la instrucción de su Padre en oración. A través de su intimidad con el Padre en oración, Jesús pensó con la mente del Padre para que en sus palabras y sus obras Jesús reveló la compasión del Padre, su misericordia, y su deseo de la salvación de todas las personas. Si decimos que Jesús es nuestro Rey, tenemos que tener su misma mente. Esto requiere que buscamos su consejo, su consuelo, y su instrucción a través de un habitó regular de oración.
El discurso de Jesús – Jesús habló con autoridad. La fuente de su autoridad era la integridad con la cual vivió su vida. Hubo una correspondencia clara entre lo que Jesús pensó, lo que Jesús dijo, y lo que Jesús hizo. Si Jesús es verdaderamente nuestro Rey entonces deberíamos ser creciendo en la integridad con la cual estamos viviendo nuestras vidas. Las personas deben ver que lo que pensamos y lo que hablamos corresponden a lo que hacemos y como vivimos.
Las acciones de Cristo – Todo lo que Jesús hizo fue arraigado en una compasión profunda y un deseo fuerte de ofrecer la misericordia y la reconciliación a aquellos que lo buscaron. Si Cristo es nuestro Rey, entonces otros experimentarán en nosotros una compasión similar, un deseo similar de misericordia y reconciliación.
Nuestra fiesta el próximo domingo celebra la soberanía de Jesucristo sobre nosotros. ¿Dan nuestras vidas testimonio constante que Jesús es verdaderamente nuestro soberano – él que forma lo que pensamos, lo que decimos, y lo que hacemos?
Padre Marcos Hallinan, S.J.