Celebramos la Semana Nacional de Oración por la Unidad de los Cristianos del 18 al 25 de enero. Estamos llamados a ser instrumentos de la paz de Cristo en nuestro mundo para que podamos sanar las divisiones que existen en la iglesia cristiana y en nuestro mundo.
Los organizadores de la Semana de Oración de este año nos invitan a reflexionar sobre un pasaje de la segunda carta de San Pablo a los corintios. “Quien vive en Cristo es una nueva criatura…Todo se lo debemos a Dios que nos ha puesto en paz con él por medio de Cristo y nos ha confiado la tarea de llevar esa paz a los demás. Porque sin tomar en cuenta los pecados de la humanidad, Dios hizo la paz con el mundo por medio de Cristo y a nosotros nos ha confiado ese mensaje de paz. Somos, pues, embajadores de Cristo…” Somos una nueva criatura en Cristo. Por medio de nuestro bautismo, Cristo mora en nosotros y nosotros moramos en Cristo. Por lo tanto, debemos ser la encarnación de Cristo para nuestro mundo. En este caso, debemos encarnar la reconciliación de Cristo en nuestras vidas que trae la paz a nuestro mundo.
Encarnamos la reconciliación de Cristo en nuestras vidas cuando reconocemos a todas las personas como nuestros hermanos y hermanas y no excluimos a nadie de nuestra preocupación debido a su raza, su religión, su clase social, su orientación sexual. Encarnamos la reconciliación de Cristo en nuestro mundo cuando ofrecemos nuestra bienvenida a los migrantes y los refugiados – todos aquellos que están tratando de escapar situaciones de persecución, violencia o pobreza extrema. Encarnamos la reconciliación de Cristo en nuestras vidas cuando somos instrumentos de perdón y sanación. Encarnamos la reconciliación de Cristo en nuestras vidas cuando oramos por todos cristianos y participamos en oración ecuménica con otros cristianos. Sólo cuando los cristianos abrazan su vocación como agentes de la reconciliación de Cristo en nuestro mundo puede haber la paz verdadera y duradera en nuestro mundo.
En este año nuevo, recordemos que somos embajadores de Cristo – personas que cada día tienen que tratar de encarnar en nuestras vidas la reconciliación de Cristo a nuestro mundo.