June 10, 2018
“El Señor es Compasivo y Misericordioso” (Salmo 130) Qué bueno retomar los domingos del tiempo ordinario con este esperanzador cántico del Salmo 130 que nos dice que “El Señor es compasivo y misericordioso.” Muchas veces ponemos énfasis en las grandezas y prodigios del Señor manifestadas en los tiempos fuertes de Adviento y Navidad, Cuaresma y Pascua y de alguna manera nos descuidamos de poner nuestra esperanza en Aquel que es compasivo y misericordioso. La mayoría de las lecturas del Evangelio serán tomadas de Marcos en este tiempo ordinario del Ciclo B. Leer a Marcos es leer la historia dramática de Jesús el profeta rechazado. Marcos quería que todos los que escucharan o leyeran su Evangelio miraran a Jesús, el Hijo de Dios, como el que peregrina a Jerusalén a enfrentar su destino. Por ello Jesús está en continuo movimiento e invitando a sus discípulos y también a nosotros a seguirlo. En el Evangelio de hoy Jesús se mueve rápidamente entre el creciente número de sus discípulos contestado a los que malinterpretan su poder y advirtiendo a los blasfeman contra el Espíritu Santo y redefiniendo la idea de familia. La primera lectura parece una escena familiar aunque se trunca antes de que escuchemos las consecuencias de la caída de los primeros padres por su desobediencia. Curiosamente sólo la serpiente es castigada en este pasaje de la Biblia. La serpiente juega el papel de Satanás en este relato. Eventualmente la serpiente recibirá su merecido cuando su descendencia “sea aplastada su cabeza.” Siempre tendremos que luchar contra la tentación sabiendo que Dios nos ha dado una ventaja sobre Satanás. Los escribas acusan a Jesús de estar poseído por el espíritu de Satanás porque ha curado a los enfermos y ha expulsado a los demonios en un día sábado. Marcos quien desde el principio hasta el fin de su Evangelio tiene como idea predominante que Jesús es el Hijo de Dios hace notar lo ridículo de esa acusación “cómo puede Satanás expulsar a Satanás.” Jesús revela al Espíritu Santo como el verdadero poder detrás de su accionar apostólico. La gran enseñanza para nosotros es que tenemos al Espíritu Santo con nosotros desde nuestro bautismo y por lo tanto tenemos la fuerza de Jesús para rechazar las tentaciones y vencer el poder del maligno. Más importante aún es que si actuamos según el Espíritu de Dios formamos parte de la familia de Jesús puesto que tratamos de hacer su voluntad. Padre Hernán, S.J. “Aquellos que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica” forman parte de “una familia más amplia que aquella en la que se viene al mundo”, es la familia del pueblo de Dios. (Papa Francisco)