July 23, 2017
El Espíritu Santo es Nuestro Compañero en la Oración
La segunda lectura de hoy de la carta de San Pablo a los romanos nos recuerda de la importancia de oración y que el Espíritu Santo siempre está con nosotros para ayudarnos en nuestra oración.
¿Por qué tenemos que orar? Porque somos débiles. No nos gusta confesar que somos débiles pero San Pablo confesa que es débil. San Pablo escribe, “El Espíritu
nos ayuda en nuestra debilidad.” San Pablo era un predicador fuerte del Evangelio. A pesar de sus sufrimientos, San Pablo predicó el Evangelio a través de todo Asia Menor y luego en Europa. Pero, San Pablo escribe que el Espíritu Santo
nos ayuda en nuestra debilidad. San Pablo confesa que es débil. Él requirió la fuerza de Dios para hacer lo que Dios deseó. Por lo tanto, San Pablo era un hombre de oración. Él busco regularmente la fuerza y el consejo de Dios para ayudarle a hacer lo que Dios deseó. Todos nosotros tenemos que confesar que somos débiles. Necesitamos la fuerza y el consejo de Dios para ayudarnos a hacer lo que Dios desea. Tenemos que orar regularmente.
¿Cómo nos ayuda el Espíritu Santo en nuestra oración? Algunas veces, no estamos seguros en cuanto a lo que queremos de Dios. Algunas veces estamos muy seguros en a cuanto a lo que queremos de Dios. Otras veces, simplemente estamos cansados y fatigados de la vida. Cuando no estamos seguros en cuanto a lo que necesitamos de Dios le pedimos a Espíritu Santo que nos ayude a comprender lo que es nuestra necesidad y a presentar esa necesidad a Dios. Cuando estamos seguros en cuanto a lo que necesitamos, le pedimos a Espíritu Santo que nos ayude a comprender y a aceptar que la sabiduría de Dios es mayor que la nuestra para que Dios pueda tener otros planes para nosotros, o la persona por quien estamos orando, que lo que queremos Dios haga. El Espíritu Santo nos ayuda a aceptar la voluntad de Dios. Por último, el Espíritu Santo simplemente es una fuente de fuerza y gracia para nosotros cuando estamos cansados y no podemos expresar todo lo que es en nuestro corazón. ¡El Espíritu Santo compensa nuestra debilidad!
Ore hoy y cada día. Tenga confianza que el Espíritu Santo esta con usted en su oración.
Padre Marcos Hallinan, S.J