February 10, 2017
El Deseo Glorioso de Dios para Nosotros
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Lo que Dios ha preparado para los que lo aman. San Pablo nos invita a reflexionar sobre lo que Dios ha preparado para nosotros y cómo esto debe motivarnos a amar Dios como Dios nos ama.
Lo que Dios ha preparado para nosotros es una maravilla – una parte en la vida divina de Dios. ¡Increíble! No debemos tener ninguna duda sobre el amor de Dios para nosotros cuando recordamos que Dios compartió completamente en nuestra humanidad para que un día pudiéramos compartir en la plenitud de la divinidad de Dios. Somos creaturas, pero Dios tiene un amor profundo para nosotros. Vemos esto en el hecho que Dios nos creó en su propia imagen para que tengamos una dignidad inherente que nadie puede negar. Como cristianos, creemos que esta dignidad inherente, en que todas las personas comparten igualmente, fue ampliando cuando Dios entró en nuestra humanidad en la persona de Jesús. Dios hizo esto para mostrarnos como podemos compartir en la vida divina ahora para que podamos vivir en la esperanza que un día compartiremos en la plenitud de esta vida divina para siempre. Compartimos en la divinidad de Dios ahora cuando formamos nuestras vidas según la vida de Jesús, es decir, cuando vivimos vidas de misericordia, compasión, servicio y generosidad.
Cuando tratamos de vivir en conformidad a la vida de Cristo, entonces mostramos nuestro amor por Dios. Devolvemos a Dios una pequeña medida del amor que Dios ha derramado sobre nosotros tan abundantemente. Cada día tenemos que renovar nuestro deseo de vivir vidas de compasión, misericordia, generosidad y servicio para que crezcamos en nuestra fidelidad a la vida de Jesucristo. Como crecemos en nuestra fidelidad a la vida de Jesucristo, manifestamos nuestro amor por Dios y ese amor crece dentro de nosotros para que disfrutemos una intimidad más y más profunda con Dios a través de su Hijo, Jesucristo. Nuestros esfuerzos de vivir en fidelidad a la vida de Jesucristo no debe ser una carga para nosotros. Al contrario, debe ser una bendición para nosotros porque a través de nuestros esfuerzos de vivir en fidelidad al ejemplo y la enseñanza de Cristo compartimos ahora en la divinidad de nuestro Dios.
Cada día, recuerde lo que Dios ha preparado para aquellos que aman a Dios. Esto debe ser su motivación para manifestar su amor por Dios por sus esfuerzos sin cesar de vivir como Cristo vivió.
Padre Marcos Hallinan, S.J