April 22, 2018
“El Buen Pastor da la vida por sus ovejas”
(Juan 10:11)
Continuamos la celebración de la Resurrección Gloriosa de Nuestro Señor Jesucristo y esta semana recurrimos a imágenes familiares de Jesús que nos llenan de consuelo. Primero San Pedro usa la imagen de la piedra rechazada por los constructores que llega a ser la piedra angular. Luego el Apóstol Juan nos dice que Jesús se llamó a sí mismo el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas. Por eso nosotros que somos sus discípulos estamos llamados a ser como Jesús y dar la vida por nuestros hermanos y hermanas y así poder llegar a ser piedras unidas a la única piedra angular.
El Evangelio de Lucas y el libro de Hechos de los Apóstoles son dos partes de una narración escrita por el mismo autor. El Evangelio tiene como foco a la vida de Jesús mientras que Hechos se concentra en la historia de la primitiva Iglesia. Si en el Evangelio de Lucas se previene a los discípulos sobre las persecuciones y se les asegura la presencia del Espíritu Santo en los momentos difíciles; en Hechos de los Apóstoles podemos constatar la continua acción del Espíritu Santo en favor de la comunidad de creyentes.
En la primera lectura Pedro responde a los Sumos Sacerdotes y a otros miembros del Sanedrín que le cuestionan la curación del paralítico. Después de ser arrestado y más milagrosamente liberado es forzado a defenderse. El Apóstol pone su confianza en el Espíritu Santo que le da la sabiduría y la fuerza para aquellos momentos de incertidumbre. Lo interesante es que Pedro es consciente de que no es su propia fuerza o valor sino la fuerza y el valor que vienen de aquel que confía en el poder del Espíritu.
Hoy el desafío es confiar en la fuerza y la sabiduría que viene del Espíritu Santo para que tomemos las decisiones adecuadas en los momentos de incertidumbre. Así como la iglesia primitiva crecía en miembros y se fortalecía en la fe de Jesús, nosotros estamos llamados a confiar en Jesús nuestro buen pastor y a escuchar su voz. Es el mismo Jesús por medio de su Palabra el que nos trae a nosotros su paz y quiere que nosotros seamos “instrumentos de su paz”. En sintonía con el Papa Francisco podemos decir que estamos llamados a donarnos o entregarnos al próximo sin calcular nuestros pequeños intereses y buscar construir el Reino de un Dios que siempre es más grande.
P. Hernán, S.J.