April 8, 2016
Dios ~ Nuestro Libertador
Te ensalzaré Señor, porque tú me has liberado. Sólo podemos apreciar la belleza de este estribillo del salmo de hoy, si, nosotros, como el salmista, reconocemos lo que Dios ha hecho por nosotros.
El salmista celebra la verdad extraordinaria de lo que Dios ha hecho por nosotros y el deseo de Dios que disfrutamos la plenitud de vida en Dios. Cuando Dios entró nuestro mundo en la persona de Jesús, Dios compartió completamente en nuestra humanidad para que siempre pudiéramos tener confianza que Dios entiende las alegrías, las dificultades y los desafíos de la vida humana. En compartiendo nuestra humanidad, Dios también experimentó la realidad de pecaminosidad humana. Dios no participó en pecado, pero Dios era la victima de pecaminosidad humana a través del sufrimiento y la muerte de Jesús. Por lo tanto, Dios supo que necesitamos liberación del poder de pecado para que pudiéramos vivir como los hijos de Dios que estamos llamados a ser. A través de su sufrimiento, muerte y resurrección, Jesús rompió el poder del pecado y la muerte para que todos los que pusieran su fe en él pudieran vivir en la esperanza que un día compartirían en su resurrección – la plenitud de vida. Dios nos ha salvado del poder del pecado, nuestro pecado y el pecado de otras personas, para que podamos vivir en la esperanza que un día viviríamos en la plenitud de la vida de Dios para siempre.
La temporada de Pascua es un tiempo en la cual celebramos la salvación que Dios nos ganó. Es un tiempo cuando celebramos la esperanza real que es nuestra – nuestra esperanza de la vida eterna en y a través de Jesucristo. El desafío de la temporada de Pascua es reconocer las maneras que traicionamos esta esperanza que es nuestra por esclavizarnos a hábitos de compartimiento (pecado) que nos niegan la vida rica y abundante que Dios nos ofrece. Tenemos que reconocer también como nuestro pecado no solo tiene un impacto en nosotros pero también en otras personas. Nuestro pecado disminuye la riqueza de vida que es el deseo de Dios para todo el pueblo de Dios.
En esta temporada de Pascua, celebremos la verdad que Dios nos ha liberado y busquemos la gracia que necesitamos para disminuir la frecuencia con la que Dios tiene que liberarnos.
Padre Marcos Hallinan, S.J.