August 6, 2015
Con la Actitud Correcta Podemos Cambiar Nuestro Mundo
San Pablo con frecuencia nos ofrece exhortaciones difíciles. Pero si seguimos la exhortación de San Pablo en su carta a los efesios será una bendición para nosotros y nuestro mundo.
“Destierren de ustedes la aspereza, la ira, la indignación, los insultos, la maledicencia y toda clase de maldad. Sean buenos y comprensivos, y perdónense los unos a los otros…” ¡Cuando yo voy en mi carro en las carreteras atestadas de Staten Island, con frecuencia yo no cumplo la primera parte de esta exhortación de San Pablo! Lo que es extraño sobre la ira y la aspereza es que estas cosas son mucho más destructivas de nosotros que son de aquellos que son los objetos de nuestra ira y nuestra aspereza. Cuando estamos enojados, hay un veneno dentro de nosotros que nos roba de nuestra paz interior, nos impide pensar claramente, y contribuye a acciones que hacen daño a otras personas y nosotros mismos. Cuando experimentamos un ira poderosa, o hay resentimiento profundo en nuestro corazón, tenemos que parar y reflexionar sobre lo que es la fuente de nuestra ira, nuestro resentimiento. Cuando identificamos la fuente de nuestra ira, nuestro resentimiento, podemos ofrecerla a Dios en nuestra oración y con el tiempo, Dios puede ayudarnos a eliminar de nuestros corazones lo que alimenta nuestra ira, y sostiene nuestro resentimiento. No es fácil, pero la alternativa es una vida en la cual no hay ninguna felicidad genuina y no hay ninguna paz.
El mundo sería un lugar mucho mejor si pudiéramos ser más amable, más comprensiva, más paciente. ¡Cuente hasta 20 antes de tocar la bocina en su carro en el semáforo! Permita que un carro entre en su calle que está tratando de salir otra calle o un estacionamiento. No luche sobre quien es primero en una fila en Pathmark. Traiga una comida a un vecino de edad avanzada. Tenga paciencia con un compañero de trabajo que es frecuentemente agresivo. Tenga paciencia con los trabajadores en los supermercados y las tiendas que trabajan mucho pero reciben poco dinero. Cada día tenemos la oportunidad de cambiar nuestro mundo por la manera en que actuamos en nuestro mundo. ¡Aproveche de cada oportunidad!
Oremos hoy que abracemos el desafío que San Pablo nos ofrece.