May 27, 2018
“Bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19) Con gozo celebramos hoy la Solemnidad de la Santísima Trinidad, Dios Trino y Uno. El mandato de Jesús al final del Evangelio de Mateo es claro y define al Dios Único como una Trinidad de Personas. Este es un misterio central a nuestra fe que lo proclamamos cada domingo en el Credo. Esta Solemnidad nos sirve para reflexionar sobre la realidad de Dios que aunque es UNO nos envió a su HIJO y al ESPÍRITU SANTO para salvarnos y quedarse siempre con nosotros. Las lecturas nos ayudan a pensar en cuán afortunados somos en nuestra manera de relacionarnos con Dios. En la primera lectura, Moisés enumera todas las maravillas que Dios ha hecho por su pueblo comenzando por la creación, el rescate de Egipto y el regalo de la tierra prometida. San Pablo afirma que somos hijos e hijas de Dios por adopción. Al final del Evangelio de Mateo, Jesús asegura a sus discípulos que Él mismo estará con nosotros hasta el final de los tiempos. El mandato de ir y bautizar a todas las gentes en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo nos recuerda que la Iglesia es misionera e inclusiva desde su mismo nacimiento. Cada creyente debe proclamar con su vida este mandato. En nuestra parroquia este mandato se expresa en la inclusión de todos los hombres y mujeres, grandes y pequeños, ciudadanos e inmigrantes. En su reciente visita a nuestra comunidad parroquial el Obispo John O´Hara nos recordaba que la Arquidiócesis de New York acoge por igual a los inmigrantes tanto de ayer como de hoy. Los más de 30 bautizados, niños y adultos en el último mes en nuestra parroquia testifican este mandato junto a los 146 niños que recibieron su Primera Comunión y los 80 jóvenes que recibieron su Confirmación. La íntima relación del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo es parte esencial de la identidad de Dios que se continúa revelando en relación con su pueblo. P. Hernán, S.J. “Se nos ha confiado la tarea de edificar comunidades eclesiales que sean siempre más familia, capaces de reflejar el esplendor de la Trinidad y de evangelizar no solo con las palabras, sino con la fuerza del amor de Dios que habita en nosotros.” (Papa Francisco) Padre Hernán, S.J