September 2, 2018
“Aquel que practica la justicia vivirá en la presencia de Dios”
(Salmo 15)
Celebramos con alegría el feriado del trabajo que en nuestro país se lo asocia tradicionalmente con el inicio del año escolar. A mi mente vienen múltiples memorias de las diversas actividades para hacer sentir en casa a los nuevos alumnos que iniciaban su colegio secundario. Con ello vienen las reglas y lecciones que se establecen para un buen inicio de lo que sería una relación de alumno-profesor y sacerdote. Las lecturas del día de hoy nos dan lecciones para ponerlas en práctica en nuestro diario vivir. El Salmo 15 se gana la palma de la victoria porque nos da una lección de esperanza ya que “si practicamos la justicia viviremos en la presencia de Dios.”
Las dos primeras lecturas nos preparan la enseñanza de Jesús en el Evangelio de cómo deben ser nuestras acciones frente a nuestro prójimo. En efecto, para Moisés si observamos los mandamientos los otros sabrán de la sabiduría que de ellos se deriva. El Apóstol Santiago exhorta a sus oyentes a poner acción sus creencias. Por su parte Jesús trata de enseñar a sus adversarios, escribas y fariseos, la importancia de lo que tenemos en el corazón. Como buen maestro les llama hipócritas por concentrarse en la impureza de las manos y no en la impureza del corazón.
Muchas veces aprendemos más de las personas observando lo que hacen antes que escuchando lo que nos dicen. Santiago nos dice que NO es suficiente escuchar la Palabra de Dios sino la ponemos en práctica: “No solo escuchen la palabra sino póngala en práctica.” Específicamente Santiago quiere que los primeros cristianos se preocupen de las necesidades de los más vulnerables. A eso se refiere cuando dice: “La religión pura y verdadera a los ojos de Dios Padre consiste en ocuparse de los huérfanos y de las viudas en sus aflicciones, y no dejar que el mundo te corrompa.”
P. Hernán, S.J.
“La Sagrada Escritura nos presenta a Dios como misericordia infinita, pero también como justicia perfecta. ¿Cómo conciliar las dos cosas? ¿Cómo se articula la realidad de la misericordia con las exigencias de la justicia? Podría parecer que sean dos realidades que se contradicen; en realidad no es así, porque es justamente la misericordia de Dios que lleva a cumplimiento la verdadera justicia. ...Y este es el corazón de Dios, un corazón de Padre que ama y quiere que sus hijos vivan en el bien y en la justicia, y por ello vivan en plenitud y sean felices. Un corazón de Padre que va más allá de nuestro pequeño concepto de justicia para abrirnos a los horizontes ilimitados de su misericordia.” (Papa
Francisco)