October 23, 2015
¿Apreciamos lo que Dios ha hecho para nosotros?
“El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.” Estas palabras del salmista nos invitan a reflexionar sobre nuestra actitud hacia la vida y hacia Dios.
¿Cuándo fue la última vez que reflexionó sobre las buenas cosas que Dios ha hecho para usted? Lamentablemente, como seres humanos nuestra tendencia natural es que hacemos hincapié en lo que no tenemos y como resultado no apreciamos lo que, de hecho, tenemos. El don más precioso que Dios nos ha dado es el don de la vida. Aun si su vida es difícil ahora mismo, aun si cada día es una lucha para usted debido a su edad, una enfermedad o las dificultades financieras, todavía tenemos la razón de estar agradecidos a Dios por el don de la vida. Piense en lo que le da el placer aunque su vida es dura. ¡No tendría este placer si no tuviera el don de la vida! También piense en que el don de la vida le permite ser un embajador de Dios a nuestro mundo – a través de una llamada o visita a una persona aislada, a través de reuniones familiares en las cuales comparte amor y amistad, a través de sus oraciones por otras personas. ¡El Señor ha estado grande con nosotros! ¡El Señor está grande con nosotros! ¡El Señor estará grande con nosotros! Estas tres declaraciones simples deben ser nuestra inspiración diaria para saborear la bondad de Dios.
Estamos alegres. San Pablo nos exhorta: ¡Regocíjense en el Señor siempre! ¡Regocíjense! Esto no es una exhortación para nosotros a estar ingenuamente y simplistamente feliz. En cambio, es una exhortación a tener una relación viva con Dios en la cual experimentamos en la profundidad de nuestros corazones el amor personal de Dios para nosotros y la presencia de Dios con nosotros en cada momento de nuestras vidas. Nuestra apreciación del amor de Dios para nosotros y de la presencia de Dios con nosotros, debe llenarnos con alegría. Y esta alegría debe ser evidente no sólo cuando los tiempos son buenos, pero especialmente cuando los tiempos son difíciles. En estos tiempos, estamos lleno de alegría porque sabemos que el amor de Dios nos sostendrá porque el amor de Dios no puede decepcionarnos.
¡Que todos nosotros escribamos las palabras del salmista en nuestros corazones para que al principio de cada día exclamemos: “El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”!
Padre Marcos Hallinan, S.J.